Leonardo Torres Lerdo de Tejada
Bordeaux, Francia. 1981.
Para Leonardo el tema de la frontera le viene a cuenta no solo como límite de espacio, sino como barrera social y de encuentro, de trasgresión cultural y de ideales. Y cómo no va a ser así después de vivir 15 años en la ciudad Ensenada BC, donde el arribo de cientos de ciudadanos estadounidenses en lujosos y espectaculares cruceros es el pan de cada día, mientras que a 120 km. de allí, en la ciudad de Tijuana el cruce de ilegales brincando LA BARDA no es menor. Solo que ellos no llegan como consumidores potenciales, ni en cruceros, sino como mano de obra barata que en su mayoría son tratados como bestias de trabajo, y una vez que han cruzado ya no caminan kilómetros, ahora son millas, ya no ganan pesos ganan dólares, ya no son personas son MIGRANTES.
Migrante, una condición a la que Leonardo también ha tenido que enfrentase desde su infancia cuando su familia regresa a México y mas tarde, cuando se traslada a Japón para realizar un intercambio estudiantil en la Preparatoria de Kawashinagano en la región de Osaka; la emoción de la nueva experiencia junto con el choque de cultura va generando Babel, desde las simples señalizaciones viales que se convierten en códigos cifrados para él, y que le podrían remitir a las pinturas rupestres de su tierra adoptiva, hasta las diferencias fisonómicas en otras tierras fueron creando una percepción distinta del espacio y de la condición de ser este migrante viajero.
Ahora vive en la cuidad de México sin ser la situación muy distinta, topandose con señalamientos viales que ahora sí le son entendibles, pero que han dejado de funcionar, se han convertido en Fósiles Urbanos como el los llama, y que son para él una clara analogía de las Rupestres, solo que esta vez no hay que viajar por el desierto para hallarlos, aquí en la Ciudad de México basta mirar al cruzar la calle, algo, que casi nunca hacemos. De allí viene CAUTION (mexican crossing).
Karen Perry
Bordeaux, Francia. 1981.
Para Leonardo el tema de la frontera le viene a cuenta no solo como límite de espacio, sino como barrera social y de encuentro, de trasgresión cultural y de ideales. Y cómo no va a ser así después de vivir 15 años en la ciudad Ensenada BC, donde el arribo de cientos de ciudadanos estadounidenses en lujosos y espectaculares cruceros es el pan de cada día, mientras que a 120 km. de allí, en la ciudad de Tijuana el cruce de ilegales brincando LA BARDA no es menor. Solo que ellos no llegan como consumidores potenciales, ni en cruceros, sino como mano de obra barata que en su mayoría son tratados como bestias de trabajo, y una vez que han cruzado ya no caminan kilómetros, ahora son millas, ya no ganan pesos ganan dólares, ya no son personas son MIGRANTES.
Migrante, una condición a la que Leonardo también ha tenido que enfrentase desde su infancia cuando su familia regresa a México y mas tarde, cuando se traslada a Japón para realizar un intercambio estudiantil en la Preparatoria de Kawashinagano en la región de Osaka; la emoción de la nueva experiencia junto con el choque de cultura va generando Babel, desde las simples señalizaciones viales que se convierten en códigos cifrados para él, y que le podrían remitir a las pinturas rupestres de su tierra adoptiva, hasta las diferencias fisonómicas en otras tierras fueron creando una percepción distinta del espacio y de la condición de ser este migrante viajero.
Ahora vive en la cuidad de México sin ser la situación muy distinta, topandose con señalamientos viales que ahora sí le son entendibles, pero que han dejado de funcionar, se han convertido en Fósiles Urbanos como el los llama, y que son para él una clara analogía de las Rupestres, solo que esta vez no hay que viajar por el desierto para hallarlos, aquí en la Ciudad de México basta mirar al cruzar la calle, algo, que casi nunca hacemos. De allí viene CAUTION (mexican crossing).
Karen Perry
Playas